lunes, 15 de abril de 2013

PREFERENTES: EL GRAN ENGAÑO EN SEIS PASOS

Los contratos ocupaban más de 30 páginas y estaban escritos con letra abigarrada

La rentabilidad ni es fija ni está garantizada, depende de la evolución financiera de la Caja

La mayoría de las preferentes se contratan a perpetuidad o a muy largo plazo


Según la Comisión Nacional de Mercado de Valores, el 60% de los comerciales bancarios que vendieron preferentes cometieron irregularidades, en un entramado de mentiras y omisiones de lamentables resultados para los afectados. La asesoría legal de Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha atendido a centenares de afectados y, con sus testimonio, ha desglosado en seis puntos el modus operandi de las entidades que vendieron este producto financiero.

1.- Buscar un jubilado confiado

Más del 80% de los que adquirieron estas participaciones y consultaron a la OCU es mayor de 65 años. Los jubilados suelen acumular los ahorros de toda una vida y confían en el personal de su oficina bancaria, que les ha atendido toda la vida. Ninguno de ellos disponía de elevados conocimientos financieros y no sospechaban cuáles serían las consecuencias de la compra.

2.- Prometerles alta rentabilidad

Los empleados presentaban las preferentes a sus clientes como un producto de inversión nuevo y recomendado por la propia entuidad. El gancho perfecto era su sencillez y alta rentabilidad, siempre superior a la de un depósito. Por ese motivo, el tamaño de la letra de la oferta comercial destacaba ese punto con una letra mucho más grande que la del contrato.

3.- Omitir el dato de que no hay garantía

La rentabilidad ni es fija ni está garantizada, sino que depende de la evolución financiera de la Caja. Sin embargo, los bancos y cajas solían hurtarle esta información al ahorrador o la camuclaba en el contrato entre más de 30 páginas escritas en letra pequeña. El diseño de este documento, largo, escrito a doble cara y de tipografía abigarrada, desalienta la lectura.

4.- Nunca se menciona la pérdida de capital

Los afectados aseguran que desconocían que, a diferencia de lo que ocurre en un depósito, su dinero no estaba garantizado por el Fondo de Garantía de Depósitos (hasta 100.000 euros). Algunos preguntaron expresamente por los riesgos del producto y recibieron palabras tranquilizadoras. Detrás de ellas se escondía una venta de perfil de alto riesgo ya que, si la Caja quiebra, el clientes pierde todo su dinero. De hecho, los canjes posteriores de preferentes han supuesto pérdidas a los ahorradores de entre un 35% y un 90% del capital inicial.

5.- Evitar menciones a la disponibilidad

La mayoría de las preferentes se contratan a perpetuidad o, en su defecto, a muy largo plazo porque la entidad tema que muchos de estos ahorradores (sobre todo los jubilados) deseen tener su dinero siempre disponible. Varios ancianos, mayores de 85 años, recurrieron a OCU tras descubir que no podrían recuperar sus fondos antes de 20 años.

6.- Deslizar un test que despeje toda sospecha

La aplicación de riesgos señala que es una inversión "no conveniente". Eso no disuadía a los clientes, puesto que los comerciales procuraban pasar el test de conveniencia previamente marcado, para que así la valoración fuese idónea. El documento de conocimiento del riesgo pasaba desapercibido en la densidad del contrato y el cliente lo ratificaba, sin deparar en su existencia.

Fuente: ZoomNews

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