PREFERENTES: EL GRAN ENGAÑO EN SEIS PASOS
Los contratos ocupaban más de 30 páginas y estaban escritos con letra abigarrada
La rentabilidad ni es fija ni está garantizada, depende de la evolución financiera de la Caja
La mayoría de las preferentes se contratan a perpetuidad o a muy largo plazo
Según la Comisión Nacional de Mercado de Valores, el 60% de los
comerciales bancarios que vendieron preferentes cometieron
irregularidades, en un entramado de mentiras y omisiones de lamentables
resultados para los afectados. La asesoría legal de Organización de
Consumidores y Usuarios (OCU) ha atendido a centenares de afectados y,
con sus testimonio, ha desglosado en seis puntos el modus operandi de las entidades que vendieron este producto financiero.
1.- Buscar un jubilado confiado
Más del 80% de los que adquirieron estas participaciones y
consultaron a la OCU es mayor de 65 años. Los jubilados suelen acumular
los ahorros de toda una vida y confían en el personal de su oficina
bancaria, que les ha atendido toda la vida. Ninguno de ellos disponía de
elevados conocimientos financieros y no sospechaban cuáles serían las
consecuencias de la compra.
2.- Prometerles alta rentabilidad
Los empleados presentaban las preferentes a sus clientes como un
producto de inversión nuevo y recomendado por la propia entuidad. El
gancho perfecto era su sencillez y alta rentabilidad, siempre superior a
la de un depósito. Por ese motivo, el tamaño de la letra de la oferta
comercial destacaba ese punto con una letra mucho más grande que la del
contrato.
3.- Omitir el dato de que no hay garantía
La rentabilidad ni es fija ni está garantizada, sino que depende de
la evolución financiera de la Caja. Sin embargo, los bancos y cajas
solían hurtarle esta información al ahorrador o la camuclaba en el
contrato entre más de 30 páginas escritas en letra pequeña. El diseño de
este documento, largo, escrito a doble cara y de tipografía abigarrada,
desalienta la lectura.
4.- Nunca se menciona la pérdida de capital
Los afectados aseguran que desconocían que, a diferencia de lo que
ocurre en un depósito, su dinero no estaba garantizado por el Fondo de
Garantía de Depósitos (hasta 100.000 euros). Algunos preguntaron
expresamente por los riesgos del producto y recibieron palabras
tranquilizadoras. Detrás de ellas se escondía una venta de perfil de
alto riesgo ya que, si la Caja quiebra, el clientes pierde todo su
dinero. De hecho, los canjes posteriores de preferentes han supuesto
pérdidas a los ahorradores de entre un 35% y un 90% del capital inicial.
5.- Evitar menciones a la disponibilidad
La mayoría de las preferentes se contratan a perpetuidad o, en su
defecto, a muy largo plazo porque la entidad tema que muchos de estos
ahorradores (sobre todo los jubilados) deseen tener su dinero siempre
disponible. Varios ancianos, mayores de 85 años, recurrieron a OCU tras
descubir que no podrían recuperar sus fondos antes de 20 años.
6.- Deslizar un test que despeje toda sospecha
La aplicación de riesgos señala que es una inversión "no
conveniente". Eso no disuadía a los clientes, puesto que los comerciales
procuraban pasar el test de conveniencia previamente marcado, para que
así la valoración fuese idónea. El documento de conocimiento del riesgo
pasaba desapercibido en la densidad del contrato y el cliente lo
ratificaba, sin deparar en su existencia.
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