martes, 26 de agosto de 2014

Carta de Gumer: San Medel

Hace pocos días, en una carnicería de la segoviana Sacramenia, me topé con un almanaque “de los de antes” que, en grandes caracteres tipográficos, proclamaba la santidad de Medel. Pensé primero que el Papa Francisco se había pasado dos pueblos en su afán renovador, pero me parecía poco creíble que don Braulio, el sabueso malagueño, hubiera superado los milagros preceptivos para subir a los cielos. 

Es bien cierto que el presidente de Unicaja es el Tamarit de las finanzas y nadie duda de su habilidad en la conquista de Ceiis, fruto de ese matrimonio de conveniencia entre Caja España y Caja Duero. Nada por aquí, nada por allí y…¡me lo quedo!. Ahora, unos meses después de su conquista en tierras herrerianas, leo en “El Confidencial”: Unicaja gana 422 millones con la compra de Ceiis, pese al agujero de la caja castellana”. Coño, seguí pensando, pues va a ser cierto eso del milagro. Pero no, el sucesor de Pedro en el Vaticano, no está para cuestiones tan mundanas.

Gumer, el hurón más listo del mundo, se ofreció a colaborar conmigo en la investigación y, con la ayuda de Wikipedia, descubrimos que Medel es una pequeña localidad burgalesa, situada a la derecha del río Arlanzón. Que una Puebla en la salmantina sierra de Béjar también lleva el nombre del santo. Y que un valeroso futbolista, el ex sevillista Gary Medel, defendió los colores de Chile en el Mundial de Brasil. ¿Quién es entonces San Medel? Al parecer, según algunos estudiosos en la materia, se trata de la denominación medieval de San Emeterio. Puede que sí o puede que no, pero no vale la pena seguir por ese camino.

Sea como fuere nuestro don Braulio, al menos de momento, se queda fuera de los altares. Y no será porque sus fieles no lo intenten. Según me cuentan unos señores con traje oscuro –ignoro si prêt a porter o Versace- reparten estampitas a la mismísima puerta del palacio Botines, muy Gaudí. Muy mono por fuera y muy poco aprovechable por dentro. A mis manos ha llegado una de esas estampitas, con la imagen de don Braulio en el anverso y en el reverso la siguiente oración:

Braulio nuestro,

que estás en los cielos,

loado sea tu nombre.

Acerca a nosotros tu reino

Y hágase tu santa voluntad,

ahí en Andalucía, como aquí en Castilla y León.

Dános, poderoso señor,

la rica soldada de cada día.

Y perdona nuestras deudas,

así como el Frob nos las perdona a nosotros.

No nos dejes caer en el precipicio

Y líbranos del Evaristo. Amén.

Así fue y así lo cuento. Mas tarde escuché el rumor, no confirmado, de que esta plegaria, repetida tres veces, acerca a la beatificación a los venerables Tomás y Óscar.

Félix Lázaro

 

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